Someter a una interpretación crítica los anhelos de renovación interpretativa o de composición del artista al que tengo el honor y la satisfacción de presentar. Impone serias dificultades técnicas que harían mi intervención, posiblemente larguísima y hasta pesada, a lo que no me voy a exponer.

Ahora bien, su Música está influida directamente por motivos enteramente populares, dibujados y coloreados con maestría y sin ningún rubor, abiertamente, con un lirismo de una vanguardia excelsa inventada por él mismo; por eso suena con sensibilidad morena traspasando magnífica la pena y la angustia andaluza.

La Música de Campuzano tiene además pasaje con sonidos negros, los sonidos negros que descubre su paisano el insigne compositor Don. Manuel de Falla y de los que García Lorca trata en su teoría del “Duende”.

No se puede decir que la Música de Campuzano sea impresionista o expresionista porque si lo juzgáramos así evidenciaríamos padecer una gran miopía estética. Es un artista, artista en la más amplia acepción de la palabra, que crea conscientemente lo que brota de la subconciencia.

En su Música recoge y estudia toda la psicología racial andaluza y la vierte sin falsos pudores en el pentagrama. Sin ningún temor da el paso decisivo hacia las raíces culturales a las que muchos no han podido, no han querido, o no han sabido llegar.

Como interprete labra de conformidad con la tradición y objetividad castrense; y ello es explicable por la singularidad de los cimientos de su formación, dirigida por un músico militar, Su Padre, que le inocula la disciplina y el equilibrio rigurosisimo de la medida exacta.

Su formación es perfecta. Posee el Premio fin de Carrera del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, los premios Falla y Turina. El Premio Mundial de Música otorgado por la Academia Santa Cecilia de Roma “Sagitario de Oro” amén de otros muchos; y titulaciones españolas y extranjeras que en su modestia no las tiene ni enmarcadas ni colgadas en su casa; quiero hacer destacar que en un concierto celebrado en Madrid, un anciano profesor le comentaba a otro, yo lo dije siempre, es mejor que todos y distinto a todos.

De cualquier manera, el gran tesoro de su alma se dispersa en la Música, y en ella y con ella nos da su vida espiritual que no es estática precisamente y tiene inclinaciones místicas; a veces hasta con resabios irónicos.

Todos estamos deseando ya fervientemente que ocupe la tribuna el gran maestro D. Felipe Campuzano. Pues bien, tome posesión de su sitio en el Piano de cuyas manos al contacto con el aristocrático teclado se escapa ¡ Andalucía Fecunda ¡, y arrebatadora, Universal.