En el cielo se alquilan balcones para el casamiento que se va a hacer: Sevilla con la copla. Que Sevilla no es el gitano, ni lo flamenco, ni lo jondo. Que Sevilla es la copla de lavadero, el cuplét de corral. Los campanilleros del hambre y del frío, de las arriás, de la copa con alhucema. Un cántaro y una alpargata.
Los gitanos y los flamencos, a los discos de Casa Damas, a un escaparate de la calle Sierpes. Que se casa la Virgen María con el patriarca Señor San José.
Con el són de los Campanilleros, Sevilla despierta al amanever.
Y se mira en el río, coqueta, peinando sus gracias de guapa mujer.
El Guadalquivir…se hace espejo brillante, y el alba se vuelca en la copla de un hondo sentir.
Las guitarras desgranan sus notas, y el cielo las llena de su resplandor.
Campanillas de auroras florecen con la melodía que canta el amor.
Alegre cantar… que sale del fondo del alma como una paloma que empieza a volar.
¡ Sevilla tiene luceros que sólo se pueden ver, cuando los Campanilleros cantan y tocan al amanecer !