Es como la neblina en los amaneceres andaluces y marineros. La neblina empieza a conocerse a si mismo como el poema conoce su verdad. Es el poema, no es ni siquiera el mismo poeta, el que está triste. La melancolía es una tristeza que nos regalan como una elegancia.
LLora el agua
¡que dice tantas cosas!.
Habla el aire, que llora y que suspira.
Canta el cielo…
Los pájaros escuchan,
y así desnivelada entre agonías
Andalucía me dice sus secretos,
me cuenta sus cuitas de Sultana
(mare mágnum de amor
entre dos aguas,
la Mora y la Cristiana)
y yo también le contaré las mías
-Lo has dado todo,
no te queda nada,
has dado al mundo entero tu alegría
y ahora reclinas tu frente cansada
sin un amor para apoyar tu vida.
Yo también
cual bardo caminante,
te hé cantado..te canto y cantaré,
y lloraré sin páz y sin consuelo
por el eterno anhelo de volver,
…y mientras
sentiré MELANCOLÍAS
de tu Raza..tu Sól
tu aurora eterna,
¡Vestál que nadie iguala
en hermosura!.
Penélope tejiendo noche y día
un manto de canciones.
Sacerdotisa de los cantes puros.
Hurí del aire que cruzó la tierra
sobre una alfómbra mágica de flores.
Descanso mi cabeza
en el Piano,
te sueño hermosa, llena de alegría…
Y mientras que mi amor
voy desgranando
y en un murmullo yo te voy nombrando
….SOY UN ESCLAVO DE TU MELANCOLÍA.