D. Miguel Polanco López, hombre y hermano espiritual y amigo de la Mar de Cádiz, me pide y creo que en el fondo és su obligación ya que conozco su perfíl humano y pensativo de hace muchos años labrado en nuestra niñéz de infancia, que desvirgue con mi imaginación espontánea y profunda, todo lo que vais a leer y sentir nada más termine ésta presentación para explicaros como és el personaje que os vais a encontrar en sus narrativas o anécdotas o digámosle “Aventuras del Pelón de Cádiz”, apódo que llevó en su piel hasta la fecha y que pronuncia a mucha honra, ya que su infancia fué inquieta como la mía.
A él le pelaban al cero cuando imaginaba y realizaba algo futurista.
Y a mí me encerraban en una habitación donde había un piano y que por eso lo toco tan bién.
El ha sido en esta vida y sigue siendo un hombre genial en expresiones sinceras caiga quien caiga.
El ha sido mánager mío y chofer en las ocasiones en que lo he necesitado.
El ha sido de todo un poco, pero sobre todo un “Camionero de Ilusiones”, que ligado a su inquietud permanente de niño que lleva por dentro, ha sabido conquistar con su salada bondad todo lo que le ha hecho vivir intensamente, y después destruirlo en un segundo para seguir creando en su imaginación adelantada a otros seres que conviven con nosotros y no saben que dirección tomar en ésta vida.
El creció con muchas direcciones y han sido muchas las cornadas que el destino le ha dado, ya que su ilusión de pequeño era ser Torero.
Y ya ven Vdes, hoy nos sale de escritor y doy por seguro sin haber leído sus aventuras o anécdotas de su vida que pasarán un rato inolvidable, porque sobre todo y a título de” Notario Artístico” doy fé que son verdad, y la verdad siempre alegra un poco el corazón.
Así querido Miguel, te deseo en éste redondél de ilusiones que cortes las orejas, y que el rabo lo guardes para lo que tú y yó sabemos.