Alma de las sevillanas, cuerpo de las sevillanas, que mi novio es cartujano, pintor de loza. Pueblo de Sevilla que canta y espanta sus males. Riá, riá, pitá, pueblo de Sevilla que vuelve al amor y a la muerte, por la calle Sierpes no va más que una rata recogiendo colillas. Sevilla se ha casado con un enano para hartarse de reir. O para que se harten de reir con ella, recogiendo colillas con una lata porque las gallinas no ponen pastillas de jabón a real y la cuadrilla le dice torero como su padre.

Sevillanas del alma,
sol y alegría
corazón y caminos
de Andalucía.

Por los trigales,
van dejando sus coplas
los mayorales.

Sevillanas del alma,
copla y volantes.
Calle Sierpes, la feria
de los tratantes.

Copla encendida,
que aunque te roba el alma
te da la vida.

A la sombra morena
de la Giralda,
los naranjos compiten
con la esmeralda.

Doblan campanas,
y el Cristo de los Javieres
con Gracia y Amparo

estrenan claveles granas.

Sevillanas del alma,
sol de Sevilla,
coplas como el encaje
de las mantillas.

Guitarra y palmas..

¡Y SEVILLA SE METE DENTRO DEL ALMA!

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