Que melancolía lleva el alma mía
con esta comparsa,
y ese fiel reflejo de estas vestimentas
que reclaman páz.
Pues en este mundo sólo existen guerras
por todos los laos,
sin pensar un momento
en la realidad.
No es una manía ni un simple capricho
cantarle a mi pueblo,
es el gusanillo de ese sentimiento que es el Carnavál,
por eso no hay años y somos mensajeros
con palomas blancas
de esa gran palabra
que se llama páz.
Y así..
desde esta Tacita chiquita y bonita
donde yo he nacido
tendré siempre como novia
esa diosa eterna
que se llama
el mar.
Y aquí
desde este escenario
cuna de los cantes
de los carnavales
se respira páz.
Y a los cuatro vientos
lleguen el lamento
de este gran cantar.