La vida de Felipe Campuzano se desarrolla, al cien por cien, en torno a la música porque Felipe es hijo de músico y en un ambiente musical se crió desde su nacimiento en 1945.
Crece en Cádiz entre tanguillos y alegrías. Se escapa siempre que puede hacía la vecina Caleta, uno de los rincones más hermosos de la “Tacita de Plata”. Y crece entre músicos, tanto en su propio hogar, como en las calles y plazuelas de su ciudad.
Muy pronto comienza los estudios de piano y solfeo. Es precisamente su padre su exigente primer profesor. “Cuantas veces tuve que castigarle- nos ha dicho-por no aprenderse bien la lección del día”. Y es que Felipe se escapaba de casa en cuanto podía..
La calle tenía para él un actractivo especial y en ella consumía las horas observándolo todo, llenándose de vivencias. Luego, de prisa y corriendo, se sentaba ante el piano y trataba de realizar en pocos minutos la tarea que lógicamente debía de llevarse varias horas.
Aún así y todo. Felipe demuestra que es un superdotado para el piano. En poco tiempo cursa la primera parte de los estudios en el Conservatorio “Manuel de Falla”, de Cádiz y obtiene el Primer Premio de piano en el segundo certamen que lleva el nombre del genial compositor gaditano.
Poco después se traslada a Madrid en donde prosigue sus estudios de piano y composición. Al finalizar obtiene el codiciado Premio Nacional “Fin de Carrera”.
Es decir, no estamos ante un oportunista del piano. No estamos ante una persona que quiera arrimarse a los vientos de moda que ahora soplan. Felipe Campuzano es un pianísta con amplios estudios. Con auténtica técnica. Con unos conocimientos importantes.
Y por la suma de todos esos factores fué por lo que se le concedió tan importante premio como coronación de la primera parte de sus estudios.
Sí. Decimos “primera etapa” con fundamento. Felipe Campuzano no terminó ahí su preparación. En cuanto pudo amplió estudios en Conservatorios extranjeros París, Londres, Roma… y después sus primeros recitales para Juventudes Musicales. “Pero aquellos conciertos-nos ha dicho-no me daban ni para malvivir. Y estaba sólo en Madrid, sin mi familia. Tenía que buscarme las habichuelas”.
Se las buscó de otra manera. No se le cayeron los anillos al suelo, al aceptar interpretar al piano éxitos de otros, en cafés de la capital. Y luego vinieron a buscarle para que acompañara- su fama era cada vez mayor- a las primeras figuras de hace veinte años.
El siguiente paso fué el de la demostración de su facilidad compositora. Escribe en el pentagrama temas que dieron fama, y millones de pesetas, a muchos artistas españoles. Puede decirse que no queda un sólo intérprete sin haber cantado algunas de sus composiciones.
Y de repente, hace varios años, corta con su pasado. Rompe amarras. Se queda con la experiencia obtenida y comprende que ha llegado su momento oportuno.
Se retira del “mundanal ruido”. Se va a Cádiz. Vive allí unos meses encerrado con su música y dando forma a una idea que le venía atormentando: componer una gran suite, “Andalucía Espiritual”. Es decir la preparación de una obra ambiciosa de ocho volúmenes, uno por cada provincia de Andalucía.
Se pone a componer. Nace el primer volumen “Cádiz”. Lo presenta en varias compañías discográficas. No creen en sus posibilidades comerciales. Buenas palabras, pero no le contratan, Felipe no desespera. Sabe que al final encontrará alguien que comprenda su obra. Y ese “alguien” es Juan Santabaya, director entonces del sello “Ambar”. Santabaya ve que en aquella cinta magnetofónica hay algo importante. Y lo lanza al mercado. Se produce el gran “boom” del piano.
A partir de aquel momento nacen por arte de mágia centenares de intérpretes al piano. Es el instrumento de moda. Pero se limitan a “versionar” éxitos antiguos. Felipe Campuzano es creador. La crítica le elogia. El público se rinde ante su música. España le descubre en este sentido, con ocasión del “Musical Mallorca”. A partir de entonces, las galas, las ovaciones, la gloria.
Llegan los premios. “Disco de Oro” de su compañía grabadora. “Long -Play” de oro, trofeos de infinidad de escenarios y poblaciones de España. Sus grabaciones salen a los mercados de Alemania, Italia, México, Venezuela…Va a esos países a presentar la obra, por los canales de radio y televisión. Y sigue componiendo porque mientras la gente tararea “Las Salinas”, el gran tema de aquel inicial long-play dedicado a Cádiz, él ya está preparando el segundo volumen de la suite “Andalucía Espiritual”, el de “Sevilla”.
Y “Sevilla” es otro éxito como el anterior. Entre uno y otro, más de doscientos mil long-plays vendidos. La música instrumental triunfa de verdad en España, gracias a este compositor gaditano, fiel continuador de la importante herencia dejada por los Turina, Albéniz, Granados, Falla…Porque la música de Felipe es ya música clásica. Música para la historia. Lo más exigentes críticos musicales la han aceptado, y a Felipe le contratan, para dar recitales, asociaciones de música ´clásica.
Y ahora llega hasta nosotros el tercer volumen “Jaén”. Felipe Campuzano dijo, antes de meterse en el tema, que le íba a resultar difícil, porque era una de las provincias andaluzas que menos conocía. Y se fué a la Sierra de Cazorla. Y a Ubeda y a Linares. Y Andújar y a Martos. Vivió en Jaén. Pasaba temporadas entre una población y otra.
Se metió, en definitiva, en el “alma” de una provincia que alumbra cada mañana un prodigio llamado Guadalquivir. Así ha compuesto un volomen que quienes han podido escucharlo antes de salir a la venta, han afirmado tratarse de un disco superior a los dos precedentes.
Ahora Felipe sigue trabajando. Piensa ya en “Córdoba” que será el cuarto volumen de su “Andalucía Espiritual”. Antes afrecerá a modo de descaso, un long-play de corte totalmente distinto, porque él ha seguido creando. Pero no adelantemos acontecimientos. Cada cosa a su tiempo.
La gente mal informada le ha identificado con la frivolidad, con la vida de holganza. Y no es así. Campuzano sabe dosificar y consigue sacar tiempo para todo. Pero día a día, semana tras semana, pasa muchas horas ante el piano, realizando todo tipo de ejercicios y componiendo sin desmayo. “Pero eso-dice él-no lo ve la gente porque no van a venir a mi estudio a comprobarlo”.
Y “Jaén” está en la calle. Se escuchan ya por los televisores receptores radiofónicos, las notas de “La Almazara” y “Noche de Olivos”, entre otros temas, cada uno superior, si cabe, al anterior.
ES UN GRAN HONOR, PARA NOSOTROS, PODER PRESENTAR HOY ESTA MARAVILLA MUSICAL. UN DISCO QUE MERECE LOS MÁXIMOS ELOGIOS, EL VOLUMEN “JAÉN” DE LA GRAN OBRA DE FELIPE CAMPUZANO “ANDALUCÍA ESPIRITUAL”.
Aquí está “JAÉN” el tercer volomen de la “ANDALUCÍA ESPIRITUAL” de Felipe Campuzano.
En su última obra y a ella se ha dedicado intensamente en los últimos tiempos. Pero “JAÉN” no es sólo el esfuerzo grandioso de Felipe Campuzano, sino tambien de un numeroso grupo de colaboradores. Desde Agustín Serrano hasta Rafael Morales, el gran guitarrista clásico-flamenco que acompaña a Felipe en todas sus actuaciones. Y además , la pintura fotográfica de Fausto Olivares que adorna la carpeta discográfica, y por último los textos de uno de los mejores poetas nacionales, el jienense Manuel Urbano.
Todos ellos han hecho posible la perfección en todos los órdenes de este volumen, el más importante de los tres que ha compuesto Felipe, dentro de su gran suite “ANDALUCÍA ESPIRITUAL”.
Y van los temas de la grabación. Comienza con “LA ALMAZARA”, tema de mucho ritmo, el que corresponde a quienes trabajan en los viejos molinos de la oliva.
Y luego, “NOCHE DE OLIVOS”. La paz del espiritu. El descanso de esa gente que labora duramente de sol a sol. Como dice Manuel Urbano,”la noche se ha detenido justo a la entrada del guiño de los luceros”. Poética imagen que es la que mejor cuadra a este tema inolvidable.
“LOS GERÁNEOS DE JAÉN”, “BARRIO DE LA MAGDALENA”», dos temas muy jienenses. Los “geráneos” adornan los balcones y el barrio más antiguo de la capital. Fuertes reminiscencias árabes, moriscas y gitanas. Una buena mezcla para un tema alegre.
“EN CAZORLA TE ENCONTRÉ”. La seguidilla manchega llegas hasta la sierra. Aquí nace el Guadalquivir. Aquí se funde la meseta castellana con el alma de Andalucía. Porque el Guadalquivir es el alma de una tierra autonómica, y un río que nace cada día en Jaén. Estamos ante uno de los temas más importantes compuestos por Felipe Campuzano. Ha sabido plasmar en el pentagrama la grandeza de esta tierra. Escuchemos con atención su música, al igual que haremos con “A LA LUZ DE LA HOGUERA”. otro de los temas más queridos por el propio Felipe.
“AL PASO DE DESPEÑAPERROS”. Merecía un tema este lugar. Para algunos es, curiosamente, lo más significativo de Jaén. Es camino de paso obligado para quienes llegan a Andalucía procedentes del centro y del norte de la Península. Cuántos millones de españoles habrán cruzado este lugar, con precaución, con lentitud por el incesante tráfico, con admiración por el paisaje bello que contemplar desde lo alto del camino. Y abajo, el ferrocarril. Y todos llevamos nuestro pensamiento a otras épocas cuando los caminos eran inseguros por culpa de los bandoleros que, agazapados, esperaban el paso de los carruajes. Y Despeñaperros tiene, es de justicia, su tema en este “long-play”.
Llegamos al final. “COMO EL CARBÓN”. Una taranta cantada por Fernando Gálvez. El piano es su contrapunto, es el canto a la mina, a los mineros que trabajan allá en lo hondo, a muchos metros bajo la superficie. Es el canto dolorido de quienes viven en la noche y un canto que termina de forma grandiosa con la Orquesta a todo trapo, con unos violines que nos recuerdan nuestro pasado hitórico. Una vez más, Andalucía encuentra sus raíces en lo hispano-musulmán. Y nuestra música sigue siendo también su música. La influencia es manifiesta. En “COMO EL CARBÓN” podemos comprobarlo una vez más.
Este es el volumen. Perfecto. No lo decimos nosotros. Lo dice todo el mundo. Estamos ante el long-play más importante del momento: un disco que demuestra una vez más la categoría excepcional de un compositor y de un importante FELIPE CAMPUZANO.
EN ESTOS MOMENTOS FELIPE CAMPUZANO SE ENCUENTRA TERMINANDO EL VOLUMEN “CÓRDOBA” QUE DARÁ A LA LUZ MUY PRONTO PARA DELEITE DE TODOS LOS SEGUIDORES DE ESTA BELLA OBRA “ANDALUCÍA ESPIRITUAL” DEL PIANISTA Y COMPOSITOR ANDALÚZ FELIPE CAMPUZANO.