Seguro que si Diós me da salud moriré en la estéra y como el gallo, peleando.

Y digo peleando en el buén sentido de la palabra, porque para mí pelear es luchar en contra de mi propio yó. Tengo que recuperar el tiempo que los inéptos politiquillos de Marbella me han hecho perder, pero eso para mí está semi- olvidado como el champán, hasta que por lo menos me liquiden lo que por justicia me pertenece después de haber estado hipotecado y no arrepentido en levantar un Conservatorio que desde que me fuí no se le oye nombrar por ningún sitio.

Creo que el tiempo vence a las personas sin violencia, aunque hayan sido violentos conmigo y de muy mal estílo y educación.

Y vuelvo a repetir que si Diós quiere pienso morir biológicamente como el gallo, porque siempre hé estado cacareando y más si son ingleses y de pelea, porque éste Campuzano tiene dos espolónes que cuando dán son mortales, aunque siempre desde la paciencia que és la madre de las virtudes.

Y hablo de espolónes refiriendome a mis manos que están locas y deseando ponerlas sobre el teclado para volcar toda esa impotencía que estoy pasando, pero al final espero me salga con la mía a base de trabajo, trabajo y más trabajo.

Después que me digan que me duermo en los laureles las lenguas de doble filo.

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