Por Sylvia Zierer del Diario Baleraes el 10 de Agosto de 1988.-

La inaguración de la galería de arte Enrique Moreno, se convirtió ayer en un patio de audición improvisado en el que Felipe Campuzano interpretó al galope del piano la idea de conjugar en un sólo el arte de la música y los lienzos del pintor jerezano Paco Toro:-crear y tratar de que la galería de arte sea vivificada por la música. Con el tiempo, cada lienzo se acompañará de su propia melodía-.

Tras las figuras de caballeros y damas que mantienen el equilibrio sobre sus tacones, Felipe Campuzano anuncia el primer compromiso entre las notas y el pincél:-Surge una idea del fondo de la ausencia para unir en matrimonio la pintura con la música…El músico, acerca sus dedos galopantes llenos de ternura, al teclado blanco y negro de pureza y muerte, para dar vida al pincél de fracasos y triunfos-.

Melodía y color se acercan al piano; Campuzano, el caballo blanco que-da vida al adormilado arte de la pintura-; el pintor, negro Toro de alma y apellido que salva a la música de morir sin forma ni color.

El breve recital de Campuzano comenzó al son de los cascos de sus dedos, con una larga pieza, iniciada con un “así ve el músico el caballo”. El calor, las danzas de los abanícos y el temperamental galope de las manos del pianista protoganizaron el acto.

Alguien dijo de la pintura de Paco Toro-es una calle que no permite mirar para sus aledaños, sus marcos, sino mirarla de frente, sin que ella se apodere de uno-. Conviviendo en una misma dimensión, junto a a las notas, asoman sus lienzos; caballos blancos en óleo y acúarela perdiéndose en el vacío de la tela y toros negros, la muerte; un contraste en representación de “la lucha entre la necesidad de supervivencia y la necesidad de alcanzar su verídico destino”.

El entusiasmo del público emergió al tiempo que la voz de Campuzano declamaba “esto es lo que hay entre la música y el caballo” y sus manos íban dibujando sobre el piano las notas de una ambiciosa variación sobre melodía popular de un bolero mallorquín que los asistentes aplaudieron vivamente.

La tercera pieza retomó el trote con una interpretación de “Las Salinas”.

A la presentación de las pinturas asistió Mayte Muñóz la galerista que ha dado a conocer en Barcelona, Madrid y ahora en Mallorca la obra de Paco Toro, un artísta al que se ha definido como el “pintor de la luz y la expresividad andaluza”.

Entre lienzo y canapé se dejaron ver en el acto algunas personalidades como el empresario Escarrer el conseller Jeroni Sáez.

La exposición de este “pintor descontento con la sociedad materializada”, permanecerá abierta hasta el día 29.

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