Las blancas de mi teclado
en su pureza salada
echó de menos tus flores.

Y nos dejastes desnudos ¡Faraona! “Lola Flores”.

Tal como dijo Pemán…
-No hay en el mundo una flor
que el viento mueva mejor
que se mueva “Lola Flores”.

¡Zarzamora de la vida!.
¡Lerele cuando caminas!.
¡Y María de la O!, que aunque lo tenías tó
con tus ojitos moraos
ya vives en otra vida.

Y ya lo ves gitana del alma mía
te llevastes la ilusión de la España que querías.

Este músico de Cádiz que tanto te acompañó
y comprendió en la nostálgia tu triste melancolía
nunca nombrará el adiós
porque tu muerte no es mía.

LA MUERTE SÓLO ES DE DIÓS.

Y tú, que has sido mi Diós
porque eres madre y divína
de la sál de mi bahía
nunca morirás, gitana, jerezana del Tempúl.

Todos lloran tu dolor..

-Yo te siento en mi alegría.

Pero yo sentí el dolor
sabiendo que te morías.

¿Se morirá nuestra Lola,
que és lo que yo pensaba?.

Pero yo me respondía, ¡Felipe!…
Nunca se muere una flor.

Esa flor que se llama Lola Flores
que el viento mueve mejor
sólo ha dejado ilusiones.

¡Sientate en ese piano
entregale tus dos manos
y le dices a Lola Flores que te llamas Campuzano
y que no fuístes a despedirla
porque ella no te oia.

¡QUE OIGA TU BULERÍA!

¡ELLA SI OYE EL PIANO!

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