CARTA DIRIGIDA AL DIARIO DE CÁDIZ EL SABADO 26 DE DICIEMBRE DE 1992.-
Por su compadre Felipe Campuzano.-
Mientras que todos comentan que “Beni de Cádiz” ha muerto, yo quiero decir a mis paisanos que nuestro Beni sigue vivo, afortunadamente.
Yo, tuve el privilegio de dar vida a una muerte anunciada.
Yo lo sabía cuando comencé esa aventura musical que tanto dolor me aprisionaba. Y él también sabía que no le quedaba otra oportunidad tan bella y tan profunda para que todos los gaditanos pudieran heredar el legado de un humor tan triste.
Queridos paisanos, yo supe esperar en la esquina de su tiempo la salada voz de su ternura, y a nadie le deseo esa espera tan amarga. Paco Perea me quitó la duda que tenía acumulada, y él a través de su gaditanismo me hízo seguir navegando.
En esta-Navidad tan solitaria estoy orgulloso de deciros que un hijo de Cádiz llamado D. Benito Rodruiguez Rey “Beni de Cádiz” y no de otro sitio, no ha muerto.
El se ha quedado dormido en un vaporcito de canela y de limón.
El tenía la soledad de su Cádiz y el pesar de la imcomprensión.
El zarpó de la mar y no de un río.
Apareció porque el quiso aparacer y él fué mi patrón cuando sabía que el naufragio era inevitable.
El cautivó a todos porque él era la bondad incomprendida.
Y la zambra de su verdad, es la zambra de nuestra verdad, por eso la cantó por nosotros.
Si yo os dijera, queridos paisanos de la mar, que es muy hermoso sentirse pueblo. Sentirse pueblo de un dolor que núnca se queja, porque hay que quejarse por él.
Mi querido amigo Paco Perea tan polémico en el fútbol, me dijo en cierta ocasión -Caletero por la gracia de Dios-.
Cuando me ví en la cima del triunfo lo asimilé tan cabalmente que me dí cuenta que el triunfo es de todos nosotros.
Que os voy a contar que no sepais, si mi piano os representa y os pertenece. También sé que os dais cuenta de todo lo que tengo que tragar, pero sabeis que se devolver de mis adentros todo lo que tengo que expulsar.
Esta especie de confesión es la única que escribiré porque no somos de falsos fariseos, y porque Cádiz no conoce la muerte sino tan sólo el dolor viejo del pasado, que nosotros sabemos mantenerlo vivo aunque los vientos de hoy no nos sean propicios.
¡GADITANOS! despertad y demostrar al mundo que Cádiz sigue viva y tan salada que nada ni nadie podrá cambiar!.
Hoy estoy orgulloso porque me siento vivo con una caña de pescar.
Hoy estoy orgulloso porque nuestro “Beni de Cádiz” ya nadie nos lo podrá quitar.
Pero me siento más orgulloso porque antes de quedarse dormido nuestro Beni me dijo que se íba a La Habana para decirles a todos los cubanos que uno de ellos prefería morir en nuestra “Taza de Plata”.
Y termino diciendo que siempre seguiré orgulloso por la nueva expresión de mi pueblo que no quiere saber nada de entierros.
“BENI DE CÁDIZ” SIGUE Y SEGUIRÁ SIEMPRE VIVO POR LA GRACIA DE DIOS.