Yo sé que en tu vivir estoy vivo,
que en los alfabetos del agua,
has dejado prendida,
una copia de tu rostro,
con la elevada esperanza
de saberte sentida,
en mis manos distantes.
Que en el viajar del viento,
has estrellado, un eco de tu voz,
para que yo te recuerde.
Por eso, mi corazón escribe,
herido por un viento,
que diseña tu imagen,
en un agua que se aleja.