Niña…
de algodón y menta,
con la luz de un cielo amanecido
dibujado en tu mirada,
y un pálpito angelicál prendido
en tu dulce voz de colegiala.
Niña…
que jugando inventas
plazoletas en el agua.
Por tí…
quisíeron tener nombre los colores.
Por tí…
caprichos tiene el aire
Por tí…
estrena el mar,
azules recién nacidos,
en la última ola de la tarde.
Y por tí…
quisiera volcar mi corazón,
en esta partitura errante.